Sabemos que cuidar el futuro del agua es responsabilidad de todos. Y, por ello, tenemos en mente estrategias o ideas para no sólo garantizarla en nuestras comunidades, sino para protegernos también de desastres como sequías, inundaciones o huracanes. A continuación, les presentamos 5 tendencias que marcan el porvenir del recurso:
1. Encontrando el equilibrio entre lo natural y lo construido por el hombre
De acuerdo con The Nature Conservancy, la infraestructura verde: “se refiere a la protección de los ecosistemas naturales o semi-naturales que proveen servicios de agua que complementan, aumentan o reemplazan a los que son provistos por obras de infraestructura gris”. Por otro lado, la infraestructura gris es todo aquello que requiera de intervenciones humanas para el manejo de agua; es decir, presas, construcciones o acueductos. Partiendo de estos matices, es importante aliarse con la naturaleza porque responde a la necesidad de crear e implementar soluciones que estén arraigadas en ella. Podemos reconocer que el vínculo entre la infraestructura gris y verde es vital, ya que nos empuja a revaluar la manera en que gestionamos los recursos hídricos.
La fusión de ambas es un acercamiento que optimiza la gestión del agua mediante la imitación de su propio ciclo y, además, logra restaurarlo a través de su protección. Así podemos visualizar un escenario donde sea un ganar-ganar. Por eso mismo, los beneficios se extienden y decantan en la economía y sociedad mientras que se aseguran mejoras en las condiciones del medio ambiente y se preservan los ecosistemas.
2. Trabajando hombro con hombro
La acción colectiva se refiere a la suma de esfuerzos de todos los sectores que trabajan para lograr un mismo objetivo de manera eficaz. Por ejemplo, la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua es un resultado de colaboración entre las diversas voces de la sociedad donde cada uno de nosotros tiene una voz y un rol que desempeñar. Con eso en mente, debemos actuar proactivamente en la toma de decisiones para dar pie a una coordinación que impacte de manera significativa a las comunidades en América Latina y, sobre todo, para atacar de fondo los problemas que nos competen.
3. Otras formas de invertir recursos
Los mecanismos financieros son maneras en las que podemos dirigir recursos económicos para habilitar inversiones necesarias. Muchas veces el sector público no visualiza las pérdidas económicas de los desastres relacionados con el agua hasta que ocurren. La clave radica en traducir los problemas en términos monetarios con el fin de sensibilizar a la sociedad civil, sector público y privado acerca de la importancia de reducir los impactos provocados por un manejo inadecuado del agua. Entre muchos mecanismos financieros destacan: Pay for Success y Blended Finance.
4. Construyendo nuevos caminos: el nexo entre agua, energía y alimentación
Muchas veces no reconocemos el vínculo entre agua, energía y alimentación. Sin embargo, este acercamiento nos hace evaluar equitativamente las distintas dimensiones de cada componente del nexo y, a su vez, nos encamina a reconocer la interdependencia de cada uno de los recursos. Ciertamente enriquecemos nuestra visión de seguridad hídrica y nos deja claro que es necesario visualizarla así porque juega un rol decisivo en los respectivos sectores e industrias. Además, es útil porque identificamos puntos clave en donde se convergen. De esta forma, podemos incrementar el impacto y afianzar la sostenibilidad de nuestras comunidades.
5. Tecnologías disruptivas para la solución de problemas
La tecnología disruptiva es aquella que irrumpe e innova en la forma de visualizar los sucesos y los problemas de la actualidad. Es fundamental tener en cuenta que los paradigmas que se desprenden del ángulo de la innovación son los que proponen estrategias nuevas para abordar problemas del siglo XXI. Un ejemplo claro es la iniciativa de Water-Air; un equipo que produce agua del aire mediante un sistema innovador de refrigeración. El equipo utiliza energía limpia y de bajo costo y se vuelve accesible para comunidades de todo tipo de ingresos. Otros ejemplos evidentes los encontramos en la lista de finalistas del Premio BID-FEMSA 2018. Ellos también atacan el problema del sector del agua desde la innovación
Estas tendencias son relevantes porque nos orientan a revaluar los caminos que seguimos y nos invita a ser partícipes conscientes en materia de agua, saneamiento y otros retos que se avecinan. Lo importante aquí es reflexionar acerca de las opciones que tenemos y de cómo podemos acelerar ideas innovadoras que cambiarán la forma en la que concebimos nuestra relación con el agua y que aseguran la sostenibilidad de nuestras comunidades y nuestro recurso más valioso.