Tuve la oportunidad de ser conferencista invitado en un evento de líderes empresariales para discutir la importancia de invertir en la primera infancia, el cual tuvo lugar en Ciudad de México el 22 de octubre de 2019. Esta reunión de ejecutivos, titulada “Empresa, Familias, Capital Humano: Las ventajas de invertir desde el comienzo”, fue la primera de este tipo en México.
Fundación FEMSA fue el amable anfitrión del evento, conjuntando a ejecutivos mexicanos de más de 25 compañías de todo el país. Otros organizadores fueron CitiBanamex, CMN, el IMCO y ReadyNation International. El propósito era aprender más sobre el valor de invertir en la primera infancia desde una perspectiva de negocio. Este nuevo enfoque es crucial para entender mejor por qué invertir en los primeros años de vida tiene sentido desde un punto de vista económico y de desarrollo del capital humano.
Esta es una conversación primordial porque, a través de mi experiencia con KPMG, he aprendido que la educación temprana es esencial para el capital humano mundial. En todos los sectores y las naciones, los líderes empresariales deben de apoyar inversiones en experiencias de primera infancia de calidad, a fin de sentar las bases para el éxito educativo y profesional que ayudará a crear el capital humano especializado del mañana.
Los estudios hechos en Estados Unidos y alrededor del mundo han demostrado una y otra vez el valor potencial de los programas de primera infancia. De hecho, una revisión integral de 56 estudios hechos en 23 países encontró resultados en salud, educación, habilidad cognitiva y desarrollo emocional.
El retorno potencial sobre la inversión es significativo y no es de extrañar: los niños experimentan un periodo único de desarrollo del cerebro durante sus primeros años y los recursos usados para llegar a ellos durante este tiempo especial pueden crear impactos positivos que sean profundos y duraderos.
Lo que sabemos de los datos es que la brecha de aprendizaje entre los niños favorecidos y desfavorecidos aparece tan temprano como a los nueve meses de edad. Es incluso más alarmante el hecho de que los niños desfavorecidos pueden empezar la escuela primaria con 18 meses de rezago con respecto a sus compañeros más favorecidos. Además, la investigación también nos dice que la competencia matemática temprana de un niño pronostica su futuro éxito académico hasta la preparatoria.
Los programas de primera infancia de calidad pueden ayudar a los niños a convertirse en mejores estudiantes, mejorar sus resultados académicos y, finalmente, preparar el camino para carreras profesionales más exitosas.
Querer que los niños tengan éxito en la escuela y en la vida es lo que en primer lugar me atrajo a la educación de primera infancia como esencial en los negocios. Me enorgullece decir que KPMG también ha hecho contribuciones importantes a este esfuerzo.
Por ejemplo, hace más de una década colaboramos con First Book, una organización sin fines de lucro, y formamos Family for Literacy de KMPG (KFFL). El objetivo de KFFL es llevar libros y recursos educativos nuevos a las manos de tantos niños de familias de pocos recursos como sea posible. Estoy contento de decirles que hemos donado más de cinco millones de libros a niños necesitados de distintos países alrededor del mundo, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, México, Sudáfrica, Canadá, China y la India.
Ese es solo un ejemplo muy específico de cómo los negocios pueden usar su poder en este tema. Hay múltiples formas en las que los líderes empresariales pueden involucrarse en abordar la primera infancia como una prioridad para el desarrollo del capital humano actual y futuro, la economía y la competitividad.
Ciertamente, la abogacía es una de estas formas. Un líder empresarial podría funcionar como el mensajero principal de una campaña que combine difusión en medios y reuniones con legisladores y que esté diseñada para ganar batallas específicas de políticas públicas. Yo he hecho esto por años a nivel estatal como miembro de la Early Learning Investment Commission en Pennsylvania (un cuerpo designado por el gobernador) y al nivel federal con ReadyNation. Pero hay otras maneras para los líderes de involucrarse, más allá de responsabilidad corporativa y abogacía, independientemente del sector de la industria o el país. Algunas de estas maneras incluyen las siguientes:
– Apoyar a los empleados por medio de políticas y prácticas amigables con la familia.
– Comunicar temas de educación de primera infancia a través de clientes o proveedores. O, como un amplificador o influencer de redes sociales, usar plataformas en línea para sensibilizar o para transmitir información directamente a audiencias grandes al compartir materiales generados por otros.
– Como conferencistas o ponentes ante audiencias clave que están preocupadas por la economía y la educación, incluyendo los medios.
– Innovación social, impacto y/o emprendimiento (generando ganancias a la vez que contribuyen al bienestar social).
Estoy agradecido por haber podido compartir estas ideas, al igual que algunas de mis experiencias personales y mi pasión por la educación en la primera infancia, como parte del evento en Ciudad de México. Fue un honor unirme a la Dra. Laura Jana, pediatra, autora y miembro del Brain-Science Speakers’ Bureau de ReadyNation, así como a Daniel Frank, Director Global de ReadyNation, para discutir estos temas. Y me alegró escuchar a líderes de empresas en México hablar en un panel sobre el impacto de sus respectivas políticas amigables con la familia como herramientas para la atracción de talento, retención y productividad. Estos panelistas fueron destacados como ejemplos representativos en un reporte nuevo del IMCO sobre el tema.
Confío en que el evento ayudó a fomentar el diálogo, a elevar la conversación nacional en México y a reintroducir la noción de la primera infancia como una cuestión de negocio relevante para empresas de todos los tamaños.
Sabemos desde hace tiempo que el reto global de educación en la primera infancia es demasiado grande para que una empresa o país lo resuelva solo. Eventos como “Empresa, Familias, Capital Humano: Las ventajas de invertir desde el comienzo” y el trabajo de organizaciones como ReadyNation están ayudando a que la causa de la primera infancia avance, lo cual no sólo ayudará a los niños a medida que aprenden y crecen, sino que será esencial para el desarrollo del capital humano especializado que todos nosotros necesitaremos en los próximos años.