¿Qué significa innovación? Y, al hablar de proyectos sociales y ambientales, ¿qué hace innovador a un proyecto de este tipo? Abordamos estas preguntas con los emprendedores sociales de América Latina que recibieron el Premio BID-FEMSA en 2019 por sus proyectos enfocados en resolver retos del agua, saneamiento y manejo de residuos sólidos.
Con base en los aprendizajes que ellos han obtenido a través de años de trabajo, a continuación te compartimos las tres características esenciales para que un proyecto de inversión social sea innovador.
1) Resuelve una necesidad específica y real
El CEO y fundador de Eco Panplas (Brasil), Felipe Cardoso, nos cuenta que la idea de este negocio partió de la identificación de un problema específico en el ciclo de vida de los envases plásticos de aceite lubricante y su reciclaje.
El problema es la alta cantidad de envases de este tipo que son descartados por año, pues solamente en Brasil son 54 mil toneladas al año, y su alto poder contaminante debido al aceite residual que permanece en cada envase. La magnitud de la situación es enorme: 2 millones de litros de aceite residual se quedan en los envases, siendo que apenas 1 litro de aceite puede contaminar 1 millón de litros de agua.
La descontaminación de los envases hecha con procesos tradicionales usa miles de litros de agua que después tiene que ser tratada y en ese proceso cada litro de aceite se transforma en hasta 8 kilogramos de residuo peligroso, lo cual trae un alto costo y riesgo ambiental. Además, esta descontaminación no remueve todo el aceite del plástico, por lo que genera una materia prima reciclada de baja calidad.
Eco Panplas nació como una solución tecnológica a estos problemas, ya que descontamina y recicla los envases plásticos de aceite lubricante sin usar agua y sin generar residuos. Todo el aceite residual se recupera y recicla mediante la refinación, eliminando el riesgo ambiental.
Una solución innovadora no tiene que ser la primera en resolver el reto al que está orientada, también puede ser una propuesta mejor que las ya existentes, pero definitivamente tiene que buscar resolver un problema específico y real.
2) Es replicable
Un claro ejemplo de esta segunda característica es Acualight (México), un dispositivo para eliminar el desperdicio de agua fría en la ducha que trae un ahorro de 22,000 litros anuales de agua por vivienda.
Miguel Ángel Carmona, CEO de Acualight, nos cuenta que el sensor que usa este sistema para indicar la temperatura aprovecha el mismo paso del agua para generar la energía que necesita, por lo que además de permitir el ahorro de agua, Acualight no significa un gasto de energía adicional.
Esta tecnología puede adaptarse a cualquier ducha, por lo que sería posible aplicarla en hospitales, escuelas, centros deportivos y la industria hotelera para multiplicar el ahorro en litros de agua y el impacto de esta solución. Acualight tiene el potencial de permitir una mejor y más equitativa gestión del agua, pues lo que antes se desperdiciaba ahora llegará a personas que no lo recibían.
La innovación no sólo está en el diseño, también en la aplicación y el impacto potencial. Un proyecto replicable, que pueda adaptarse fácilmente a distintos contextos y geografías, puede alcanzar cada vez a más personas y ser verdaderamente innovador en su impacto.
3) Es sencillo y tiene un uso cotidiano
Yakupura (Ecuador) es un emprendimiento práctico que resuelve una situación de todos los días. Su innovación es un filtro de agua doméstico que se acopla al grifo de la cocina fácilmente con la presión de la mano y nos da agua limpia para usar en el hogar.
Está diseñado para ser usado dentro de la red de agua potable, es decir, cuando el agua ya está descontaminada pero el problema es el exceso de cloro presente. El ente que filtra es el carbón activado de origen vegetal de cáscara de coco y cada unidad filtra hasta 250 litros de agua.
Yakupura no genera desperdicios, pues con su uso se evita el desecho de 500 botellas de plástico y, al terminar la vida útil del filtro, las personas pueden depositarlo en los puntos de venta para que la empresa recicle las partes.
Carolina Placencia, CEO de Yakupura, nos cuenta que la sencillez de su innovación está primero en su funcionamiento simple, el cual es fácil de entender para las personas que usan el filtro. Y también lo que hace sencillo a Yakupura es que Carolina y sus socios no inventaron ninguna tecnología que no existiera, sino que combinaron dos ideas: el carbón activado, conocido a nivel mundial por ser el mejor ente filtrante para cloro y contaminantes similares, y una manera sencilla de beber agua del grifo que ya existía en otros países donde de inicio el agua potable que llega a las casas es de mejor calidad.
Un proyecto de inversión social no tiene que ser demasiado complejo para ser innovador. Presta atención a los problemas cotidianos de las personas y trabaja en una propuesta que sea sencilla y práctica.
Esperamos que siguiendo los pasos de estos emprendedores sociales y ambientales logres innovar con tu proyecto de inversión social. ¡Queremos conocer tu idea para hacer un mejor futuro! Etiquétanos como @FundacionFEMSA en Facebook y Twitter y comparte tu proyecto con nuestra comunidad en redes.