Llegar a la causa raíz – Radiografías de la innovación

“Hicimos un viaje a Sinaloa con una empresa muy grande que estaba interesada en nuestro sistema. Acordamos que nos patrocinara el viaje para mostrarle nuestra solución ya en campo. Se hizo una inversión de los viajes y de todos los viáticos […] y pues el prototipo que llevábamos a las granjas no funcionó,”, nos compartió Alejandro Valdés, un joven emprendedor que junto a sus socios Martín Ovando y Andrea Morales es co-fundador de Preemar. La solución de la que habla es Pro-viden, un sistema de monitoreo del agua en tiempo real para granjas acuícolas que tiene el potencial de evitar las pérdidas de producción y de cientos de millones de dólares en México.

Alejandro es un ingeniero industrial de Monterrey y Martín estudió ingeniería en sistemas computacionales en Chiapas. Sus caminos se cruzaron cuando, recién graduados de la universidad, ambos llegaron a un centro de innovación en Veracruz con la intención de emprender. Ahí conocieron a Andrea, quien estaba estudiando biología marina. Juntos, los tres se lanzaron a resolver un problema que, según el Centre for Environment, Fisheries and Aquaculture Science del gobierno de Reino Unido, a nivel mundial genera pérdidas de 6 mil millones de dólares cada año. Se trata de la merma de producción por variaciones en la calidad del agua que causan enfermedades en especies como la tilapia, el camarón y el ostión, entre otros peces, crustáceos y moluscos.

Preemar, la empresa emergente de Alejandro, Martín y Andrea, lanzó Pro-viden al mercado este año. Con esta propuesta, obtuvieron un reconocimiento especial en la convocatoria #SinDesperdicioMéxico, con lo que accederán a un programa de incubación y preaceleración, para continuar impulsando el desarrollo de Pro-viden. #SinDesperdicio es una plataforma de organizaciones comprometidas a reducir el desperdicio de alimentos en América Latina y el Caribe. La impulsamos junto al Banco Interamericano de Desarrollo, OXXO, The Global Food Banking Network y otras organizaciones.

Tuvimos una conversación con Alejandro para conocer un poco más sobre la historia de personas que están impulsando la innovación en la región, qué los motiva e incluso qué consejos compartiría con el sector.

Preemar obtuvo un reconocimiento especial en la convocatoria #SinDesperdicioMéxico, con lo que accederán a una programa para continuar impulsando el desarrollo de Pro-viden.

¿Te consideras innovador?

Sí, claro. Creo que el ser innovador está muy relacionado con la mentalidad de buscar nuevas herramientas para poder solucionar problemas. En nuestro caso, al haber identificado un problema y viendo que no estaba siendo solucionado, buscamos otras áreas y en otras aplicaciones qué se está haciendo y de qué forma eso se puede llevar a la acuicultura para así innovar y crear valor para las personas que están siendo afectadas. Creo que el hecho de llevar al día a día esa mentalidad puede convertir a una persona en un innovador.

¿Cómo están innovando?

El problema en la acuicultura que identificamos son las pérdidas de producción que se generan por variaciones en la calidad del agua que afectan a estos organismos. Los estresan, su sistema inmunológico se debilita y los patógenos que entran en el agua pueden infectarlos y crear enfermedades. Esto conlleva pérdidas de producción que para un acuicultor pueden representar el 30%, 50% o, en casos extremos, el total de su producción.

Partiendo de ese problema e investigando, fuimos llegando a las causas raíz y de ahí a Pro-viden, el sistema que tenemos en el mercado. A nivel mundial sí hacemos las cosas de manera diferente con nuestro sistema. Los sistemas que ya están allá afuera miden la calidad en un solo punto del cuerpo de agua. Pro-viden puede realizar mediciones en diferentes lugares de un mismo cuerpo de agua, desplazándose de manera autónoma e incluso realizando las mediciones a diferente profundidad. Esto le permite tener una muestra más representativa de lo que está pasando y detectar cualquier variación o cualquier riesgo para el cultivo de manera inmediata.

Pro-viden es un sistema de internet de las cosas. Consta de un dispositivo que se coloca en el agua como una boya con sensores dentro que realizan la medición continua de la calidad del agua, realizan mediciones de PH, de oxígeno, temperatura y otros parámetros. Esta información el acuicultor la puede visualizar de manera inmediata y remota a través de una aplicación móvil en el celular y en la computadora a través de la plataforma web. Así está al tanto en todo momento de lo que está pasando en sus cultivos y, si hay algún riesgo, recibe una alerta inmediatamente para poder prevenir que se generen estas enfermedades y que surjan después las pérdidas de producción.

¿Qué seguiría pasando en el sector de acuicultura si no existiera este proyecto?

Lo podemos ejemplificar con nuestro primer cliente, una granja acuícola de tilapia en Chiapas. Ellos estaban teniendo problemas de pérdida de producción del 50% y no sabían exactamente qué era lo que estaba pasando. Llegaban a donde estaban sus cultivos y veían a las tilapias flotando ya muertas. Nos contactó para hacer una demostración, instalamos el equipo y lo dejamos funcionando. Nos dimos cuenta de que pasaban dos cosas. Los aireadores que van mezclando aire con el agua para poder oxigenarla, por las tardes causaban que el oxígeno que entraba en el agua estuviera a un nivel demasiado alto, lo cual es dañino para las tilapias. Y por la noche, el oxígeno bajaba a niveles que ya no eran óptimos para la tilapia y esto era lo que provocaba que se sofocaran.

Al instalar Pro-viden nos dimos cuenta de esto, pudimos alertar al acuicultor y, gracias a esto, se pudieron eliminar estas pérdidas de producción que estaba teniendo. Lo más importante era decirle qué está pasando y, de esta manera, que pudiera actuar de forma diferente. Así como este acuicultor perdía el 50% de su producción, esto pasa con otros acuicultores en México y en América Latina. Aquí en México cada año se ven grandes pérdidas de producción, de hasta cientos de millones de dólares al año. Y, bueno, esto es lo que seguiría pasando en caso de no poder ofrecer una solución a esta problemática que tienen los acuicultores.

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Cuéntanos una anécdota del proceso de crear el proyecto y lo que aprendieron.

Hicimos un viaje a Sinaloa con una empresa muy grande que estaba interesada en nuestro sistema. Hizo una inversión de los viajes y de todos los viáticos y lo que pasó es que estábamos todavía en una etapa muy temprana de prototipado y pues el prototipo que llevábamos a las granjas no funcionó. Estuvimos ahí horas tratando de hacerlo y, bueno, aunque funcionó en una medida, tal vez funcionó a la mitad de lo que habíamos dicho. Por ejemplo, no mandaba bien la información, no podíamos recibirla en el celular y pues con la pena de que hayan hecho ellos la inversión. 

Estuvimos ahí una semana, entonces hicimos visitas a varias granjas y ya en las últimas tres sí alcanzaron a verlo funcionando. Pero, aun así, pues fue algo que no esperábamos que fuera a pasar. Al final, la empresa entendió que todavía estábamos en una etapa temprana y claro que bajó el interés de ellos en utilizar nuestra tecnología. Aprendimos mucho de cómo evitar que volviera a pasar. Como vamos utilizando componentes nuevos, vamos modificando varias cosas. Sí hay cosas que no hemos llegado a prevenir, pero se han podido arreglar rápidamente en el lugar. Yo creo que, aunque tratamos de prevenirlo al 100%, pues hay que estar preparados por cualquier cosa de este tipo que pueda continuar pasando.

¿Qué es algo que saben ahora que les hubiera gustado saber antes de innovar?

[La importancia de] buscar una venta, aunque sea muy pequeña, desde el principio. Porque no es lo mismo lo que te dice un posible cliente cuando te está pagando a cuando le estás dando tu servicio de manera gratuita. Nosotros lo hacíamos así por gran parte del tiempo y una vez que conseguimos a nuestro primer cliente, que ya nos estaba pagando, bueno, ahí cambió la dinámica. Él nos exigía, porque nos estaba pagando, y nosotros también le dábamos mucha más prioridad porque ya es un cliente.

No necesitas ser un genio. Cualquier persona, si se enfoca en los problemas que nos están afectando, puede ser innovadora.

¿Qué consejos les darían a los futuros innovadores?

Centrarse en el problema y en las personas que están siendo afectadas creo que es lo principal para convertirte en innovador. Me he dado cuenta de que tratar de pensar en una innovación desde el principio es mucho más difícil que centrarse en el problema, y a partir de ahí, llegar de una manera mucho más orgánica a la solución. Ver qué ya se está haciendo para tratar de solucionarlo, y a partir de ahí, llegar a la causa raíz de por qué no está siendo solucionado. Esa causa raíz te va a llevar de una mejor manera a una posible innovación. Elige socios que compartan tus principios. En el caso de Preemar, los tres tenemos visión de largo plazo, no sacrificamos rendimiento o resultados a largo plazo por tener un beneficio a corto plazo y eso creo que nos ha ayudado bastante. En muchos momentos no nos hemos podido, por ejemplo, pagar sueldos, pero es un sacrificio que estamos haciendo para poder tener un mayor beneficio a largo plazo para nosotros y para los acuicultores que es a quienes estamos sirviendo.

¿Qué es lo que nadie te cuenta de innovar?

Que no necesitas ser un genio. Cualquier persona, si se enfoca en los problemas que nos están afectando, puede ser innovadora. Cuando alguien habla con un emprendedor y conoce su historia, ahí es donde vemos que detrás de todo esto había un problema que él tenía o que veía que las personas tenían y que a partir de ahí es que surge la innovación. No le surgió la idea de la nada un día y a partir de ahí ya se creó toda esta solución y todo este impacto que está teniendo.

¿Qué sigue después de desarrollar una innovación?

No hay que esperar más para poder implementarla con la mayor cantidad de gente que ya necesiten de ella. Aunque ya esté desarrollada la innovación, es importante, al implementarla, tener una constante retroalimentación con quien la esté usando porque probablemente haya que seguir mejorándola. Es importante tener la mentalidad de que, aunque ya esté lista, puede estar más lista y que todo se puede ir mejorando. Incluso a partir de esa innovación, pueden surgir otras innovaciones que se puedan implementar en otros campos.

¿Qué les emociona del futuro?

Tener un gran impacto en la industria acuícola aquí en México y expandirla a otros lugares. Poder medir este impacto que estamos teniendo, hablar con los acuicultores y que ellos puedan notar la diferencia que hay, que están pudiendo incrementar su producción, que no están teniendo problemas de pérdidas. Ese impacto me emociona, ver que todo lo que hemos estado trabajando se está convirtiendo en un impacto real, eso creo que es súper valioso y es lo que más vemos a futuro mis socios y yo.

Actualmente Pro-viden está en tres granjas del país: en Chiapas en una de tilapia, en Sinaloa, de ostión y en Nuevo León, de camarón. Los dispositivos Pro-viden han realizado más de 4,000 horas de monitoreo continuo y más de 600,000 mediciones de calidad del agua. Puedes seguir el trabajo de Preemar en su sitio web, haciendo clic aquí.

Radiografías de la innovación es una serie en la que contamos las historias de personas que han puesto manos a la obra para crear soluciones que llevarán a América Latina hacia un mejor futuro. Sigue nuestro sitio web, Facebook y Twitter para conocer a más innovadores en sectores como la seguridad hídrica, economía circular, primera infancia y difusión del arte y la cultura.

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