América Latina es un continente lleno de líderes sociales. Entre individuos, familias, empresas, gobiernos e instituciones educativas, estamos viviendo un tiempo en el que cada vez más actores están sumándose a la inversión social. El anhelo que está en todos nosotros de hacer grandes cambios en nuestros entornos refleja la esencia más profunda de nuestra humanidad: el respeto a la dignidad de la vida.
Este año fue retador porque nos trajo enormes desafíos. Sin embargo, fuimos testigos de la capacidad transformadora que hay en la acción colectiva en momentos de crisis. Cuando abrazamos el poder de la colaboración es porque entendemos que, como sociedad, solo alcanzaremos a la meta cuando lleguemos todos. Y, por tanto, trabajar con aliados y coaliciones nos permite avanzar. Sin duda, este año nos demostró como Fundación FEMSA y como sociedad que, pese a las adversidades, estamos más cerca que nunca para unir esfuerzos y lograr un impacto más grande.
Por supuesto que en el camino hubo retos debido a los matices complejos en las necesidades de nuestras sociedades. Sin embargo, en el camino nos encontramos con personas e instituciones que compartieron los mismos objetivos y valores que nosotros. Juntos, nos alineamos y generamos una agenda común para agregar valor a lo que ya estábamos realizando y a los proyectos que la situación de la pandemia nos estaba exigiendo.
Hoy miramos atrás y vemos cómo nuestros resultados se multiplicaron gracias a la acción colectiva. Por eso, queremos compartir contigo los retos, logros e historias detrás de nuestras alianzas más relevantes del año.
Juntos actuamos bajo el mismo anhelo
Estamos convencidos de que para los retos del siglo XXI necesitamos soluciones del siglo XXI, por eso es muy importante impulsar la innovación. Especialmente en 2020, sabíamos que la innovación no debía detenerse, sino impulsarse incluso bajo circunstancias tan adversas como la pandemia.
Uno de estos proyectos que mantuvimos fue el Premio BID-FEMSA que otorgamos junto al Banco Interamericano de Desarrollo desde hace 11 años. A través de este premio, impulsamos aquellas innovaciones con un impacto probado en América Latina que crean soluciones para garantizar que haya agua para todos y para gestionar los residuos sólidos que pueden ser reincorporados a la economía. Este año tuvimos el reto de operar bajo una nueva realidad, sin embargo, actuamos rápido para readaptarlo e incluso premiamos proyectos que tomaran en cuenta soluciones para afrontar el COVID-19.
También la conexión entre las personas a través del arte fue un pilar que sostuvimos durante este año. Aunque nadie está fuera de la cultura, no todos tienen la posibilidad de hacer del arte parte de su vida, por eso comprendimos que era importante pensar en el ciudadano como actor y creador de la cultura. A través de la XIV Bienal FEMSA asumimos el compromiso de explorar cómo acercar el arte a nuevas audiencias, en especial, a quienes menos posibilidades tenían de apreciarlo. Porque creemos que el arte es como una conexión humana: refuerza nuestra identidad, nuestras raíces y nos permite conectarnos desde la emoción. Llevamos las manifestaciones culturales al mundo digital para que no solamente apreciáramos estéticamente las obras, sino también experimentáramos con ellas a través de talleres y exposiciones.
Junto detonamos conocimiento y acción
El conocimiento sumado a la mentalidad correcta puede convertirse en acciones concretas. Y cuando sumamos nuestro compromiso con la innovación y nuestras capacidades junto a las de nuestros aliados, esas acciones crean un impacto más amplio y profundo.
Proyectos como Juntos por la Salud nos demostraron que no solo aportan las donaciones; también tiempo, talento y alianzas. Socios expertos como Fundación BBVA y la UNAM compartieron sus habilidades y conocimientos para ayudar al desarrollo y abastecimiento de equipo médico de los hospitales en México en medio de la pandemia. Así, demostraron que la colaboración puede ser igual de valiosa que una donación monetaria.
Al igual, comprendimos que otro de los mayores impulsores en las metas que nos habíamos propuesto fue el aprendizaje mutuo. Espacios como Faro Social: Rutas al Futuro, que realizamos en alianza con el Tec de Monterrey y el apoyo de la comunidad virtual MasSociedad, nos permitieron compartir la innovación junto a otras organizaciones de la sociedad civil. Comprendimos el valor que las alianzas multisectoriales tienen al complementar nuestras capacidades para exponenciar con una alianza mucho más rica y de mayor impacto.
Somos muchos preocupados por lo mismo. Y las problemáticas sociales son tan complejas que un solo actor no podría resolverlas. Todos estamos participando en un ecosistema y tenemos que identificar nuestro rol: gobierno, instituciones y empresas debemos colaborar para lograr cambiar el futuro.
Juntos generamos impacto
2020 fue un año en el que apostamos a la co-construcción. Cuando ponemos al centro a las personas, generamos más fortaleza para enfrentar los retos de una manera más efectiva. Y para ello, la confianza fue un factor fundamental para trabajar juntos. No solo ayudamos a la sociedad, las mismas organizaciones del sector nos ayudamos unas a otras a comprender que la única manera de avanzar hacia la sostenibilidad es integrando el valor social en nuestra razón de ser.
Este tiempo nos llevó a pensar en cómo podría ser nuestra sociedad después del COVID-19 y eso marcó la línea de acción que debíamos seguir para construir el futuro. Bajo esa premisa surgieron proyectos como #PotencialParaTransformar junto a United Way. Fue una intervención realizada en Brasil, Colombia, Chile y Argentina, pues estos países estaban afrontando una compleja situación de falta de acceso a salud y educación que la pandemia vino a agravar. Generamos diferentes materiales sobre crianza positiva y brindamos educación y protección social para casi 68,000 familias atendidas por United Way.
Para crear un cambio de raíz debemos tener claro lo que queremos lograr. Y la visión de nuestro trabajo como Fundación FEMSA debe ser inspirar a otros para realizar acciones extraordinarias para construir el futuro, hoy. La colaboración nos permite converger en este mismo fin que es pensar en el otro, sumar aprendizajes para crear mejores soluciones y ser cómplices de logros y avances en nuestras comunidades.